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El
Plan Marshall
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El
plan de recuperación europea fue expuesto en un discurso pronunciado
en una ceremonia de la Universidad de Harvard por el secretario de Estado,
George C. Marshall, el 5 de junio de 1947. Marshall proponía la
ayuda económica de los Estados Unidos a cualquier nación
europea, incluso aquellas que estuviesen estrechamente asociadas con la
URSS.
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En
un principio, el congreso norteamericano se opuso al plan alegando su
alto costo para la economía, pero lo que decidió el asunto
fue el golpe comunista en Checoslovaquia en marzo de 1948, junto con las
nuevas demandas de Rusia a Finlandia y el temor a un triunfo comunista
en las próximas elecciones italianas.
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El inminente avance del comunismo logró lo que el argumento económico
o humanista no lograron. El 2 de abril de 1948 el Congreso aprobó
la Ley de Recuperación Europea, que en un principio se planteó
hasta por 17 mil millones de dólares. A diferencia de las ayudas
anteriores, que formaban parte de una diplomacia económica agresiva,
el plan Marshall adoptó la forma de donaciones (90%) más
que de créditos (10%).
Entre
1948 y 1952 16 países europeos obtuvieron cerca de 13 mil millones
de dólares de los Estados Unidos, repartidos de manera desigual.
Gran Bretaña obtuvo el mayor porcentaje del dinero. Los países
que se consideraban amenazados por el comunismo y que vivían una
situación más crítica Francia e Italia
recibieron una proporción ligeramente mayor. Los soviéticos
se encargaron de que ningún país de Europa oriental aceptara
la propuesta norteamericana.
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Ustedes
también pueden ser como nosotros |
La
implantación del Plan Marshall en los países europeos trajo
consigo la más intensa propaganda internacional jamás vista
en tiempos de paz. El programa de reconstrucción no se limitó
a actuar sobre el campo económico, sino que también se aseguró
de proyectar los patrones culturales de Estados Unidos sobre Europa.
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A
partir de 1948 los norteamericanos exportaron a Europa cientos de documentales
y programas de radio, miles de noticieros cinematográficos y millones
de panfletos propagandísticos. Promovieron conciertos, concursos
de ensayos, competencias artísticas, calendarios, estampillas postales,
tiras de caricaturas, teatros guiñol, etcétera. Lanzaron en
las fronteras de los países que se encontraban bajo la órbita
de la URSS millones de globos con mensajes pro-Estados Unidos. Todo este
esfuerzo tenía un fin: influir lo más posible sobre las mentes
europeas para encaminar actitudes y mentalidades hacia la visión
del mundo estadounidense. Después de todo, Estados Unidos era un
modelo de éxito. |
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La
promoción del esquema de vida norteamericano (American way of
life) estaba dirigida especialmente a los trabajadores, que era la
capa social más proclive a caer en las garras de los
comunistas. Además, ellos eran identificados como los principales
consumidores potenciales de los productos norteamericanos. La mayor campaña
ideológica se dio en Italia, un país donde los comunistas
podían alcanzar el poder político. En la propaganda estadounidense
se insistía en los beneficios de la producción en masa y se
mostraban escenas de prosperidad apoyadas en el consumismo (de productos
norteamericanos). |
Así, por ejemplo, los documentales sobre la vida en Estados Unidos
mostraban a obreros llegando en coches a las fábricas para trabajar
o las casas de un norteamericano medio con electrodomésticos, coche
a la puerta, etcétera. En todos los medios de comunicación
propagandística se proponía a Estados Unidos como modelo
de civilización y opulencia: se creaba una visión americanizada
del futuro y se quería persuadir a los europeos de entrar en el
esquema consumista.
Como
resultado de la intensa promoción del Plan Marshall, éste
alcanzó poco más del 50% de aprobación entre la población
europea; es decir unos 40 millones de personas. Sin embargo, también
encontró oposición especialmente en Francia, donde los grupos
socialistas denunciaban los motivos de imperialismo ideológico
y económico que acompañaban al Plan Marshall.
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