Cada
comerciante fenicio debía anotar con cierta facilidad información
acerca de sus transacciones. Así, la intensa actividad económica
de los fenicios los llevó a crear un sistema de registro que se
convirtió en un alfabeto fonético, es decir símbolos
que representaban sonidos. Los fenicios no inventaron el alfabeto,
pero sí contribuyeron a desarrollarlo, tanto que el alfabeto fenicio
se considera el antecedente antiguo del alfabeto moderno.
Se
cree que el alfabeto fenicio se creó en la ciudad de Biblos. Este
alfabeto no contenía vocales, solo 22 consonantes. Los griegos
adoptaron las letras fenicias y agregaron algunos símbolos propios
que hacían las veces de vocales. Este alfabeto pasó de Grecia
a Italia. La escritura fenicia se expandió por el Mediterráneo
en rollos de papiro a los que los griegos llamaron biblion. Esta palabra
significa libro y de ella se originó el término Biblia.
Los
fenicios escribían en papiro, en pergamino o en tablillas de arcilla.
Estos materiales no perduran en el tiempo y por esta razón casi
no se han conservado testimonios históricos de la escritura fenicia,
aunque se cree que debieron existir muchísimos ejemplos de ella
debido a la intensa actividad de sus comerciantes.
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