Samurai

     

Sin conocimiento y aprendizaje, un samurai no puede tener victorias militares.
No se debe envidiar la prosperidad del que realiza actos injustos. Ni se debe desdeñar a quien ha caído siguiendo el camino de la rectitud.
Imagawa Sadayo (1325-1420)

Las armas del samurai

 

Los guerreros japoneses llevaban una armadura muy sofisticada para protegerse de las armas enemigas. Su armadura estaba fabricada con pequeñas escamas o laminitas de hierro laqueado, unidas en filas con cordones de seda. El resultado era un tejido metálico tan plegable como la cota de malla europea, pero mucho más resistente. Esta armadura era relativamente ligera: pesaba unos once kilos, lo que permitía al samurai moverse con agilidad. Además, se podía plegar dentro de una caja para llevarla y si la cortaba una espada podía arreglarse con una nueva laminita.

 
Además del casco de hierro remachado, los guerreros usaban protectores especiales para el cuello y una máscara de metal con una cara feroz, concebida para atemorizar al enemigo. Su espada (daisho) era la posesión más valiosa de cualquier samurai, su marca distintiva. Los samurai usaban dos espadas: una larga (daito katana) y una corta (shoto wakizashi). El samurai daba un nombre especial a su espada, pues para él simbolizaba el “alma” de su actividad. Las espadas más antiguas eran rectas, después se usaron espadas curvas que eran más resistentes y afiladas.
Guerreros de hoy  

El estricto código ético conforme el cual vivían los samurai llegó a constituir uno de los rasgos de identidad y orgullo nacional de Japón. Estos guerreros privilegiaban la lealtad, la virtud y el honor antes que la violencia y la muerte. Según el bushido, la vida y su riqueza espiritual e intelectual eran tan apreciables como una muerte honorable, tanto la propia como del enemigo. Para los samurai, las artes marciales eran más una vía de autoconocimiento y control emocional antes que un adiestramiento para la destrucción humana.
El espíritu bélico de los guerreros tradicionales japoneses difería radicalmente del entrenamiento y misión de los ejércitos actuales, en los que por lo general no se desarrolla la reflexión fundamental del ser humano: cuál es el sentido de la vida y de la muerte. Asimismo, el comportamiento bélico actual no enfatiza el sentido del honor de los contrincantes ni el proceder virtuoso de los guerreros. Si bien es cierto que en cualquier época de la historia la guerra es la guerra y siempre traerá muerte y destrucción, en el mundo contemporáneo las reglas de la guerra se han deshumanizado.
   

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