Sendero Luminoso

     

El Pachakutik

Además de la influencia del proceso revolucionario chino, Sendero Luminoso retomó las ideas del pensador peruano José Carlos Mariátegui en torno al socialismo inca. La identificación de este movimiento con las comunidades indígenas se debe en gran medida a la asociación del discurso revolucionario sobre el cambio con las visiones tradicionales del pachacutik.

El pachakutik significa, dentro de la cosmovisión andina, el cambio radical: la inversión del mundo y el resurgimiento de un orden más justo. Sendero Luminoso logró convertirse en un movimiento nacionalista autóctono, ya que reivindicó las tradiciones indígenas al proponer la destrucción del viejo orden para generar una nueva realidad.

El objetivo de vincularse estrechamente con las comunidades del país se logró no sólo mediante la ideología, sino también en la práctica. Sendero Luminoso se preocupó por educar a los indígenas y conformar sus cuadros con las comunidades locales. La privación que genera el modelo de desarrollo de la sociedad peruana fue la materia prima que alimentó al sentimiento revolucionario.

Sendero Luminoso luchó contra los procesos de modernización que el capitalismo impuso, pero al mismo tiempo buscó modernizarse, salir del atraso económico y de la miseria colectiva.

Distintos autores que han trabajado el tema de las insurrecciones, como el profesor Ignacio Sosa, afirman que las revoluciones del siglo XX han ocurrido en países dependientes o atrasados económicamente. Esta conclusión es significativa porque implica que los movimientos sociales responden a las condiciones de desventaja en las que se encuentran estos países, entre ellas, la polarización de la sociedad, la desigualdad en los ingresos, la concentración de capital y la ausencia de procesos democráticos.

Para estos estudiosos, las revoluciones del Tercer Mundo están basadas en un proceso de cambio interno, es decir nacional. Su objetivo no es llevar a cabo una transformación internacional, sino desarticular las estructuras tradicionales que obstaculizan el cambio. La ineficacia de las vías pacíficas provoca una pérdida de esperanza que cohesiona a grandes grupos y, finalmente, detona los movimientos revolucionarios.

 

 

El movimiento se desvirtúa

Durante la década de los ochenta, Sendero Luminoso avanzó por todo el territorio peruano. Sin embargo, lo hizo utilizando estrategias violentas. Los enfrentamientos entre este grupo y las fuerzas del Estado provocaron una guerra civil que destruyó el tejido social del Perú.

Las primeras víctimas fueron las autoridades locales: gobernadores, tenientes y alcaldes fueron asesinados por ser parte del viejo Estado. A éstos le siguieron miles de familias de campesinos y pobladores. En este contexto marcado por la violencia se produjo un éxodo masivo del campo a la ciudad, que provocó un debilitamiento del apoyo que la población rural le había dado al grupo revolucionario.

En 1992 Abimael Guzmán, el líder de Sendero, fue capturado. Esta detención produjo un giro radical e inesperado en el proceso de violencia política del país, pues la actitud triunfalista pasó a las fuerzas del Estado. Un año después de su arresto, Guzmán y otros miembros encarcelados promovieron la firma de un tratado de paz; sin embargo, un sector senderista se opuso a dicho acuerdo y continuó con la lucha armada.

Por su parte el gobierno peruano, si bien logró sofocar al movimiento, no hizo nada por modificar las causas que le dieron origen. Las condiciones de los indígenas no han mejorado y los problemas más graves que aquejan a la población siguen sin ser resueltos. En la sierra del Perú la marginalidad y la pobreza se viven en carne propia todos los días.