Breve historia
En el siglo III antes de N.E. esta área se había vuelto un cruce de caminos en Asia, donde ideas persas, indias y griegas entraban en contacto. Sin embargo, fue hasta los años de la dinastía Tang (siglo VII al X) en China
cuando la Ruta de la Seda alcanzó su clímax comercial, artístico y cultural debido a que hubo bastante estabilidad interna y desarrollo económico. En el 730 la Ruta de la Seda estaba bajo la presión de cuatro imperios y sus ejércitos: el califato árabe, el imperio tibetano, una sucesión de reinos turcos y el imperio Tang.
La caída de la dinastía Tang en el siglo X provocó una decaída comercial en la Ruta de la Seda. Sin embargo, cuando los mongoles (al mando de Gengis Khan) conquistaron en el siglo XIII gran parte de Asia tomaron el control de la Ruta de la Seda, brindándole nuevo aliento. Pero con la desintegración del imperio mongol, el resurgimiento del Islam y las políticas aislacionistas de la dinastía Ming, la Ruta de la Seda decayó porque se levantaron barreras en su camino. También se vio afectada por las diferencias que se ahondaron entre los mundos de cristianos y musulmanes.
Eventualmente, los europeos prefirieron encontrar una ruta de intercambio con Oriente a través del mar. Cuando esto sucedió a finales del siglo XV, la Ruta de la Seda cayó prácticamente en desuso porque el comercio se concentró en las vías marítimas. Además, los persas desarrollaron el arte de la sericultura (cultivo del gusano de seda) y la importación de seda china se redujo considerablemente. Con la decadencia de la Ruta de la Seda muchas de las ciudades que habían crecido gracias al flujo comercial se convirtieron en ruinas.