La
reacción de la URSS al Plan Marshall fue de rechazo total. Stalin
vio en este programa de reconstrucción un complot para revitalizar
a Alemania como instrumento antisoviético. Así lanzó
una intensa campaña comunista para contrarrestar la propaganda
americana.
Por
otro lado, Francia que desconfiaba de las intenciones norteamericanas
propuso su propia versión de una Unión Europea: la Comunidad
Europea del Carbón y del Acero (1951), que se creó como
alternativa a los planes de integración europea de los Estados
Unidos. La Comunidad Europea del Carbón y del Acero tenía
su cuartel en Bruselas, y su mayor fuerza residía en una alianza
franco-alemana. Con el tiempo esta organización se transformó
en la Comunidad Económica Europea o Mercado Común Europeo
(1957), más adelante en la Comunidad Europea y a partir de 1993
en la Unión Europea.
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Los
críticos del Plan Marshall habían predicho que este plan
quebraría a los Estados Unidos; pero en cambio el país disfrutó
de enorme prosperidad, en parte porque los fondos del Plan habían
de gastarse en la adquisición de productos norteamericanos. De
hecho la fortaleza de la economía norteamericana entre 1945 y finales
de los sesenta se debía en gran medida a la vasta expansión
de la producción durante y después de la Segunda Guerra
Mundial. La guerra sacó a los Estados Unidos de la gran crisis,
erradicó virtualmente el desempleo y permitió a millones
de norteamericanos ahorrar.
Estos
ahorros estimularon un boom de la producción de bienes
de consumo, especialmente de automóviles. El ingreso per cápita
de los norteamericanos, a mediados de 1949, era de 1,450 dólares,
mucho más alto que el siguiente grupo de naciones (Canadá,
Suecia, Suiza, Gran Bretaña, Nueva Zelanda), que estaba entre los
700 y los 900 dólares. Asimismo, Europa occidental, tras el breve
periodo de reconstrucción económica y política, alcanzó
una fenomenal prosperidad económica que duró hasta los años
setenta.
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En
el plano geopolítico, el Plan Marshall sirvió para ahondar
la división entre los países capitalistas y los comunistas,
lo que dio origen al periodo de tensiones conocido como Guerra Fría
(1948-1989). En los años cincuenta existía una competencia
real entre las economías europeas del Este y del Oeste. Al principio
el Congreso estipuló que ni un centavo de la ayuda del Plan se
utilizaría con propósitos militares. Sin embargo, en menos
de tres años, parte de la ayuda económica se distribuiría
de tal manera que contribuiría a las defensas occidentales. Simultáneamente
se desarrollaron dos sistemas de seguridad en competencia: la Organización
del Tratado Atlántico Norte (OTAN) en 1949 y el Pacto de Varsovia
en 1955.
La
primera organización representaba un compromiso político
de los estadounidenses con los europeos occidentales, que incluía
transferencias financieras masivas, una diplomacia y planificación
transatlántica permanente, y la promesa de acudir en ayuda de las
democracias occidentales si las atacaban. El Pacto de Varsovia se integró
por los principales países de Europa central y era encabezado por
la URSS.
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