Madres de Plaza de Mayo

     

 

La "guerra sucia"

En 1976 hubo un golpe militar que instauró la dictadura del general Jorge Rafael Videla. Este régimen emprendió una campaña contra la oposición conocida como “guerra sucia” o “guerra santa”. El gobierno comenzó a detener a “subversivos” y luego comenzaron a hacerse comunes los “desaparecidos”, aquellos que simplemente desaparecían. Estas personas eran secuestradas por hombres armados que se negaban a identificarse, pero que sin duda pertenecían a las fuerzas de seguridad o eran militares vestidos de civiles que operaban con el conocimiento del gobierno militar.

Se ha calculado que “desaparecieron” entre 20 y 30 mil personas. Había mujeres “subversivas” que estaban embarazadas en el momento de su detención y, cuando daban a luz, los militares las mataban y entregaban a sus bebés a las familias de militares o de funcionarios ligados a la dictadura. A estos niños nunca se les informó quiénes eran sus verdaderos padres, pero en los últimos años se ha organizado un intensa investigación y lucha de familiares de bebés desaparecidos para develar los orígenes de esos jóvenes. Nunca se sabrá cuántos de los desaparecidos eran totalmente inocentes y cuántos apoyaron activamente los movimientos guerrilleros. Miles de argentinos estuvieron involucrados de una u otra forma en los movimientos de izquierda, radicales o moderados; o la resistencia, así fuera pacífica, contra la dictadura militar.

 

 
Los generales invocaban las doctrinas de “seguridad nacional” para realizar una ofensiva por todos los medios y sin limitaciones legales, para suprimir todo tipo de oposición. Videla y sus seguidores decían que acabarían con el caos de los años anteriores y que reformarían la sociedad argentina. Declararon la adhesión de Argentina al mundo “occidental y cristiano”, y prometieron “reeducar” al populacho a través de los valores de “moralidad, rectitud y eficiencia”. Para ello uno de sus objetivos principales era erradicar la guerrilla.
 

 

 

Había varios grupos de guerrillas que querían derrocar al gobierno para instalar un régimen socialista revolucionario de línea marxista-leninista. Sus miembros pertenecían en general a la clase media, y muchos eran estudiantes universitarios. Idealistas, luchaban contra uno de los sistemas sociales y económicos considerados más opresivos (pero también más “modernos”) de América Latina. En la ola represiva, los militares contaron con el apoyo tácito de la clase media argentina, que era la mayor de América Latina. También tuvieron la complicidad de otros regímenes autoritarios latinoamericanos, como el de Augusto Pinochet en Chile y el del general Ernesto Geisel en Brasil.

Asimismo, el totalitarismo de los militares argentinos fue tolerado por el gobierno de Estados Unidos en la medida en que aquellos combatieron a la izquierda radical; no hay que olvidar que en los años setenta se vivió un momento crítico de la “guerra fría”, en el que los países del bloque capitalista debían cerrar filas en la lucha contra el comunismo. Por otro lado, la represión en Argentina fue alentada por empresas estadounidenses y de otras potencias europeas a las que sólo les interesaba proteger sus intereses económicos en la región sudamericana.

 

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