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El paisaje se convirtió en un símbolo de identidad nacional. Los artistas presentaban el espacio geográfico americano con proporciones monumentales e iluminado por una luz dorada, implicando que la tierra era bendecida por Dios. La grandiosidad de la naturaleza norteamericana es presentada como una revelación del designio divino de fundar en ella el Reino Terrenal de Dios. Cuando en estos cuadros hay referencias a la civilización dominante, se muestra una relación armónica entre el hombre (pionero) y el entorno natural. En cambio, cuando retratan indígenas, se les muestra lejanos de esa civilización, escondidos en los bosques o huyendo de las caravanas de los pioneros, o bien como buenos salvajes que pueden ser integrados.
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![]() Thomas Cole, Cabin in the Woods, 1848
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Un rasgo característico de la pintura de paisaje relacionado con el pionero ideal que coloniza, o con el mito de los aventureros comerciales e industriales que conquistan al mundo, es el punto de vista del artista, que es una mirada desde la altura.Traza una línea visual desde las tierras altas hacia el panorama bajo que desde ahí se contempla. Esta mirada desde lo alto implica un patriótico deseo de poder y de control individual sobre lo que se ve. Así representan los artistas al Destino Manifiesto de los norteamericanos quienes, desde lo alto, buscan nuevos mundos que conquistar. Establecen una conexión simbólica entre el punto de vista y el ansia de dominación que da forma a la doctrina del Destino Manifiesto.
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